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Tentaciones a boca de urna que pueden esconder el ocaso

Las señales recibidas luego de las elecciones del domingo van en la dirección de un necesario golpe de timón por parte del gobernador.

Se lo pidan o no, el gobernador Celso Jaque debe darle un golpe de timón a su gestión, estremecerla, sacudirla y actuar con energía. La duda, las cavilaciones y también las especulaciones, frente al vendaval de presiones que recibió desde el primer minuto después de conocido el resultado electoral del domingo para que echara a funcionarios y asumiera como propia la derrota, sólo retrasarán la recuperación que necesita la administración del Gobierno.

Las señales deben evidenciarse en un cambio de actitud en este preciso momento en el que todo indica que será difícil conseguir un mínimo de garantía para gobernar ante una oposición que ha tomado el triunfo del domingo con gusto a revancha.

La revancha, acompañada de ciertas actitudes propias de un desahogo largamente esperado, salió a la luz el miércoles, en la Legislatura, 72 horas después del batacazo en las urnas. ¿Acaso el oficialismo hubiese actuado de otra manera de haber ganado? Posiblemente no. Seguro que no. Y es ahí donde radica el problema de base de la dirigencia política provincial, lejos, muy lejos de lo que espera la ciudadanía.

Hay entre diez y un quince por ciento de votos que no tienen propiedad. El dato ha sido calculado en función de las encuestas previas que se publicaron en los días anteriores al comicio y comparando los comportamientos históricos de elecciones pasadas. Es decir, creer que un triunfo es un cheque en blanco para gastar en antojos no es otra cosa que equivocar el camino que marcó y ordenó tomar el elector con estas elecciones.

El cobosrradicalismo esperaba el triunfo del último fin de semana como quien espera la tabla a la que aferrarse en medio de un naufragio y para desatar esa presión amarga contenida que lo había indigestado desde octubre del 2007. Y lo hizo de la peor manera, cuando trabó, junto a los demócratas y al ARI, la sanción de la emergencia sanitaria en la provincia para hacer frente a la gripe A. Mezquino y bochornoso resultó ser el papel opositor, porque con la salud de la población no se juega y tampoco debe sacarse algún rédito político especulando con una coyuntura muy especial. Porque para eso, además, están los controles. Si la oposición desconfiaba, quizás con razón, del uso de los recursos que de manera indiscriminada podría hacer el oficialismo, sólo tenía que asegurarse el manejo de ese sistema. Pero no trabar. Políticamente, también fue un error. Le dieron al gobernador Celso Jaque, uno de los padres indiscutibles de la derrota oficialista del domingo, la posibilidad de jugarse una carta valiosísima para acercarse al sentido común de la gente, una propiedad que perdió casi el mismo día en que tomó el control de la provincia a fines del 2007. Esa decisión lo recuperó un poco.

Una conclusión apresurada de cómo nos puede ir en los próximos meses a los mendocinos apunta por el lado del pesimismo. Salvo un cambio de actitud del oficialismo y de la oposición, a quienes se les exige que pongan las barbas en remojo.mazazo en ciernes. Si la oposición, cobista, especialmente, se ha empecinado en cobrarse las amarguras y momentos inciertos que vivió en el último año y medio, asumiendo un comportamiento sorprendente por la falta de mesura y madurez, el oficialismo no se queda atrás si luego del domingo decide, perdido por perdido, profundizar el rumbo de algunas políticas fuertemente polémicas sobre asuntos estratégicos que había insinuado antes de las elecciones, como, por ejemplo, el darle vía libre al nuevo esquema de tarifas del servicio eléctrico actualmente frenado.

Hay algunos indicios que permiten concluir que el gobierno de Celso Jaque intentó hacer prender una operación periodística de confusión social sobre este asunto tan sensible.

El tema es preocupante, porque, al parecer, la maniobra que no prendió en ciertas redacciones apuntaba a instalar en la ciudadanía que el gobierno había dispuesto, sin que nadie lo confirmara, una marcha atrás en el aumento de 24 por ciento de la tarifa domiciliaria para financiar al sector eléctrico, en concreto, a Edemsa, la principal beneficiaria con una transferencia de recursos a su cuenta de unos 100 millones de pesos para este 2009.la historia. Manos de funcionarios anónimos e invisibles decidieron devolver al EPRE el voluminoso expediente conteniendo la documentación del recalculo tarifario que estaba en las dependencias del Ministerio de Infraestructura. Junto con el envío, se adjuntaba una orden enigmática, misteriosa, sorprendente: "archívense" todas las actuaciones. La orden estaba firmada por la subsecretaria de Servicios Públicos, Patricia Martínez. La documentación tomó de alivio a los técnicos del EPRE porque no la esperaban. Interpretaron que significaba que el Gobierno había decidido dar marcha atrás con el aumento y cumplir con todo el procedimiento de audiencias públicas y cálculo nuevamente. Pero en el Ejecutivo nadie se hizo cargo de una decisión tan importante. Una copia de ese nuevo expediente llegó a nuestras manos en la redacción de El Sol. Sin embargo, como le ocurrió a los técnicos del EPRE, en el Ejecutivo sólo se consiguió silencio en torno al supuesto archivo del aumento. Ni siquiera Martínez, quien había firmado ese remito, hablaba. No se la pudo encontrar en ningún lado. Las elecciones estaban a sólo unas horas. En las empresas, tampoco había queja alguna de la marcha atrás en la decisión del Gobierno que las perjudicaba directamente. Hasta que, tres días antes del domingo eleccionario, apareció una pieza administrativa que solicitaba de nuevo el expediente al Ministerio de Infraestructura para que todo siguiera su curso. La nueva explicación daba cuenta de que el Ejecutivo había cometido "un error" en el archivo de todo el expediente y, por ende, de la decisión de incrementar la tarifa. No es ingenuo suponer que si se publicaba la falsa decisión del Gobierno, podía llegar a beneficiar electoralmente a los candidatos del oficialismo. Aunque llamaba la atención que el Gobierno no lo informara, sabiendo que la medida podía llegar a reconectarlo con parte de la sociedad.

El decreto con el aumento no ha sido publicado, por ahora. Es posible que el Ejecutivo esté muy presionado por Edemsa, situación para nada desechable. Pero se supone que, luego del domingo, tomar una decisión de semejante impacto puede parecerse a un suicidio político, a una quema de naves. Aún no lo sabemos.

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